En general, las carillas de porcelana son la mejor opción. Esto se debe a que duran más en buen estado (alrededor de 15 años), no se tiñen con el paso del tiempo y son más resistentes ante posibles fracturas o fisuras.
Las carillas porcelana son casi idénticas al esmalte del diente original y transmiten una luminosidad y translucidez perfecta.
Para conseguirlo, en nuestras clínicas dentales de Barcelona tomamos una impresión con un escáner intraoral y realizamos un encerado previo. Con ello, diseñamos la sonrisa que queremos obtener y podemos enseñar al paciente cómo quedarán sus dientes antes de colocar las carillas.
Sin embargo, las carillas de composite suelen durar un máximo de 5 años en buen estado y tienden a teñirse con el paso del tiempo, el tabaco y determinados alimentos o bebidas.
Sin embargo, hay casos en los que las carillas cerámicas pueden estar contraindicadas. Por ejemplo, en niños o adultos jóvenes que aún no han completado su desarrollo dental. En estos casos, la mejor alternativa puede ser colocar una carilla de composite unos años, para posteriormente retirarla y sustituirla por una de porcelana.