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Los diastemas pueden llegar a convertirse en la seña de identidad de una sonrisa. Y, por ello, han sido durante años una tendencia dental en auge. De hecho, muchos dentistas hemos recibido en nuestras consultas a jóvenes que deseaban abrir de manera artificial un espacio entre sus dientes.
En lo que respecta al aspecto estético, los diastemas son muy visibles al hablar o abrir la boca. Pero, dejando a un lado esto, es importante conocer bien cuáles son las consecuencias de los diastemas para la salud dental.
Resolvemos tus dudas
Llamamos diastema al espacio o la separación que hay entre dos dientes de la boca. Aunque pueden darse en cualquier zona, lo más frecuente es que la separación se produzca entre los dos incisivos centrales superiores.
Los diastemas pueden ser de distinto tamaño. Por ello, en algunos casos son muy visibles y afectan tanto a la estética como a la salud bucodental de la persona. En otras ocasiones, en cambio, pasan prácticamente inadvertidos.
Por lo general, los diastemas aparecen durante la infancia en los dientes temporales (de leche) y se cierran por sí solos a medida que erupcionan los dientes permanentes. Esto se debe a que las piezas dentales de leche son más pequeñas que las definitivas. Por tanto, estas últimas ya tienen el tamaño adecuado para ocupar todo el espacio de la arcada dentaria.
Sin embargo, hay ocasiones en las que los diastemas no se corrigen de manera natural, por lo que resulta necesario recurrir a un tratamiento para cerrar los espacios.
Los diastemas pueden deberse a diferentes motivos, como el tamaño de los dientes, las alteraciones en el crecimiento de los huesos maxilares, la succión del dedo pulgar, el uso prolongado del chupete o el frenillo labial superior.
A continuación, repasamos las principales causas del diastema:
Unos dientes demasiado pequeños, lo que se conoce como microdoncia, puede causar diastemas. En estos casos, las piezas dentales no llegan a ocupar todo el espacio disponible en la arcada dentaria, por lo que surgen los espacios entre ellas.
El origen de los diastemas también puede estar en las alteraciones de los huesos maxilares. Por ejemplo, puede darse el caso de que una de las arcadas dentarias se haya desarrollado en exceso, por lo que es demasiado grande para el tamaño de los dientes.
Hay determinados hábitos infantiles que pueden causar maloclusiones dentales, como el uso excesivo del chupete o la succión del dedo pulgar. Por ello, es recomendable eliminar estos hábitos a partir de los tres años. La colocación inadecuada de la lengua, que consiste en apoyarla en los dientes (en lugar de en el paladar) puede afectar al proceso de erupción dental y causar separaciones.
El frenillo labial superior es el tejido que conecta el labio superior con la encía. En algunas ocasiones, se desarrolla en exceso y ocasiona una separación física entre los dos incisivos centrales superiores.
El diastema también puede deberse a la falta de algún diente. Y es que, la falta de un diente ocasiona movimientos en el resto de piezas dentales, las cuales tratan de ocupar el hueco vacío. Pero, además, hay que tener en cuenta que la falta de un diente dejará más espacio libre en la arcada dentaria, por lo que es natural que los dientes se separen.
Por último, los diastemas también pueden obedecer a una causa genética. Si alguno de los progenitores presenta un diastema, es probable que su hijo también desarrolle la alteración.
Los diastemas tienen consecuencias que afectan a la estética, la salud y la funcionalidad de la boca:
El tratamiento para corregir un diastema depende, fundamentalmente, de su causa y severidad. Por ello, los principales tratamientos son la ortodoncia, las carillas, los implantes y la frenectomía.
La ortodoncia es el tratamiento más habitual para cerrar los diastemas. Esto se debe a que tanto los brackets como los alineadores transparentes permiten mover gradualmente los dientes y cerrar los espacios entre ellos. Además, la ortodoncia resulta adecuada para corregir cualquier otra alteración relacionada con la oclusión (mordida) de los dientes.
Generalmente, las carillas se utilizan para disimular las separaciones más leves, así como para realizar una corrección final cuando el tratamiento de ortodoncia no ha cerrado por completo el diastema.
Sin embargo, no se usan para espacios grandes ni para pacientes que presentan problemas de oclusión que pongan en riesgo la estabilidad de la carilla.
Por ejemplo, las carillas están contraindicadas en personas con una mordida borde a borde. En este tipo de oclusión, los dientes superiores chocan contra los inferiores cuando la persona cierra la boca.
Por tanto, la mordida borde a borde provoca que las carillas se caigan. En estos casos, la oclusión necesitaría ser corregida mediante un tratamiento de ortodoncia.
Cuando el diastema está provocado por un frenillo labial hipertrófico (demasiado grande) resulta necesario recurrir a una frenectomía. La frenectomía es una cirugía mínimamente invasiva, con una recuperación rápida y que se realiza en niños que ya cuentan con los dientes definitivos.
Generalmente, los implantes dentales están indicados cuando las separaciones se deben a la falta de algún diente. En estos casos, suelen existir problemas relacionados con el alineamiento y la mordida de los dientes, ya que las piezas dentales se han desplazado para ocupar los espacios vacíos. Por ello, es habitual que los implantes dentales deban combinarse con un tratamiento de ortodoncia.
Una alternativa poco frecuente, si el grosor del hueso no permite colocar implantes o si el paciente no lo desea, es confeccionar un puente Maryland. De esta manera, se cubre el espacio con un puente que se apoya en la parte posterior de los dientes contiguos.
Además, con esta opción de tratamiento no será necesario rebajar o tallar las piezas dentales adyacentes. Eso sí, el dentista tendrá que valorar antes la oclusión del paciente, ya que algunas veces no permite hacerlo.
Dicho esto, existen diferentes soluciones para cerrar los diastemas. Sin embargo, es fundamental valorar el caso de cada paciente antes de determinar cuál es el tratamiento más adecuado. Por ello, ante un diastema resulta conveniente acudir a nuestras clínicas dentales para ser examinado por un odontólogo.
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