No existe una respuesta única a esta pregunta, ya que ambas opciones resultan efectivas para corregir la posición de los dientes. Sin embargo, la elección entre un tratamiento de ortodoncia u otro dependerá del tipo de maloclusión que presente el paciente y de sus propias preferencias.
Algunas de las principales diferencias entre los brackets e Invisalign radican en el aspecto estético, el presupuesto y la higiene bucodental que permiten.
Invisalign es un tipo de ortodoncia elegido por las personas que desean una ortodoncia discreta y que no quieren que su tratamiento interfiera en su estilo de vida. Por ejemplo, porque trabajan de cara al público.
Por su parte, los tradicionales brackets metálicos están pensados para las personas a las que no les importa que su ortodoncia sea visible. Y que, en su lugar, priorizan el precio del tratamiento (ya que los brackets tradicionales son más económicos que Invisalign).
Además, hay que tener en cuenta que Invisalign, al contrario que los brackets, está indicado en pacientes con periodontitis, una vez que esta enfermedad está estabilizada y controlada por un periodoncista.
Esto se debe a que los alineadores permiten al ortodoncista ejercer un mejor control de las fuerzas aplicadas a los dientes, pudiendo realizar una presión más suave. Además, la ortodoncia invisible favorece la higiene, ya que no hay ningún alambre o aparato que interfiera con el cepillado.
Dicho todo lo anterior, en algunas ocasiones, la elección entre un tratamiento de ortodoncia u otro deberá ser tomada por el ortodoncista. Esto se debe a que hay determinados tipos de maloclusiones que son más predecibles si se tratan con una técnica u otra.